Cuando vemos que empresas similares a la nuestra hacen despliegue de su nueva marca o llevamos ya unos buenos años sin cambiarla, nos preguntamos, ¿será que debo cambiar o evolucionar mi imagen visual o logotipo en busca de lograr una marca exitosa?
Este es un cuestionamiento de mucha importancia para una empresa, ya que entran varios factores a considerarse:
¿Cuál sería la reacción de mis clientes a una nueva imagen?
¿Podrán pensar que la empresa cambió de dueño y/o se generarán cambios que afecten el producto o servicio?
¿Mejorará la percepción de mi empresa y por ende sus ventas?
Modificar la marca, el logotipo de una empresa no necesariamente debe obedecer a un tema de la moda, de cansancio o de estética. ¿No será que mi logotipo posiblemente ya logró un lugar en el corazón de mis clientes? o por el contrario cada vez está siendo más “transparente” y no genera interés o motiva el deseo de compra?.
Acerca de esto también hay que decir que un logotipo no es lo más importante, ni el motivador principal para conquistar a un cliente. Es cierto que sintetiza gráficamente el espíritu, la esencia de una empresa, su dinámica, pero no es suficiente para conquistar o generar una acción de compra, pero de esto hablaremos en otra oportunidad. En este momento se plantea cuando debo revisar si mi logo está vigente.
¿Cuales son los cuestionamientos que debo hacerme?
¿Mi público es el mismo desde que nació la empresa?
¿Mis productos no se han modificado o diversificado?
¿Mi logo es reflejo aún de lo que considero es mi empresa?
¿Tengo el presupuesto o el tiempo necesario para informar a mi público este nuevo rumbo?
¿Deseo cambiar el rumbo de mi empresa a nivel de productos o servicios?
Cuando nos hacemos estas preguntas, no sólo puede estar en juicio la parte gráfica, puede ser que el nombre también haya perdido su sentido para un público nuevo por los productos que ofrece.
Como vemos, el tema de la moda, etc. no está contemplado en un comienzo. Es fundamental ESCUCHAR el mercado, la gente que nos ha comprado, igualmente ver los resultados de las gestiones de la empresa y si se han estudiado nuevos horizontes para ella.
¿Qué puede pasar al modificar mi imagen corporativa?
Un cambio de “look” puede generar reacciones positivas pero también reacciones negativas en el proceso de construcción de la marca. Veamos las positivas (suponiendo que el ajuste de la marca es hecho con un buen criterio y análisis):
– La empresa es percibida como actual y renovada
– Percepción de avance y sentido de pertenencia de los empleados
– Oportunidad de revisión de formatos y elementos que proyectan la marca
– Es un momento para detener la inercia del día a día y cuestionarse el enfoque de la empresa
Percepciones negativas:
– Generar rechazo a una imagen que se tenía en los afectos
– Puede creerse que cambió de dueño y por ende de filosofía y servicio
– Puede “desaparecer” de la percepción de un posible cliente
Cada una de estas situaciones ha de capitalizarse antes de que surjan, haciendo un análisis adecuado del producto, la trayectoria y el plan estratégico, la competencia y el mercado e informando suficientemente para lograr una marca exitosa.